viernes, 17 de junio de 2011

El Plan de Estudio para la enseñanza de la Teología. Introducción

Por Luis E. Llanes.
Revisado y ampliado por Alba Llanes.

La enseñanza de la Teología o Doctrina es todo un desafío pero, a la vez, una gran aventura. No todos aceptan este desafío, no todos se lanzan a esta aventura. El asunto es que la teología no es historia amena, no es poesía que deleita; es un conjunto de conceptos doctrinales que, en ocasiones, son difíciles de concebir y difíciles de fundamentar. Por eso, los maestros lo eluden y a los alumnos los aturde. El problema es que los conceptos teológicos desprendidos de la enseñanza bíblica, están diseminados a través de toda la Biblia, de tal forma que, si el maestro quiere formarse conceptos concretos y rectos de la verdad que va a enseñar, tiene, por necesidad, que trabajar y esforzarse para llegar a  la fuente, y en  dicha fuente, llegar a descubrirlos y entenderlos, para poder explicarlos.
La Teología es un gran río caudaloso, que recibe el agua de diferentes afluentes-libros. Se requiere de paciencia, voluntad,  persistencia y  gusto para incursionar cada uno de esos afluentes, de esas fuentecillas, que suministran las verdades al Gran Río de la Verdad (La Biblia) que nos ayudarán a formarnos una idea cabal e integral de la enseñanza. No es posible obviar ninguna de las fuentes, cada una de ella contiene parte del todo, una sola de por sí es incompleta; aspectos del todo no es verdad completa.
            Precisamente, uno de los problemas que confrontan las sectas y ciertos movimientos doctrinales en su interpretación de la Biblia, es recalcar un solo aspecto de la verdad, obviando otros que son importantes y cuya suma representan la enseñanza completa del tema. Aunque es parte de la verdad, ese solo aspecto no es la verdad. Una verdad en parte puede constituirse en una herejía. Un ejemplo, entre muchos, es la enseñanza unitaria de la doctrina de Dios. Dios es uno, dicen ellos. Pero esta declaración, aunque es bíblica, NO ES COMPLETA. Al indagar sobre la naturaleza de la unidad de Dios en el Antiguo Testamento, ellos se quedan varados en un afluente, y no incursionan en los otros afluentes que nutren el río de la verdad sobre la naturaleza trina de Dios. Desfiguran, por lo tanto, la imagen de Dios, y quedan sumergidos en el error, quizás hasta por temor a llegar a descubrir que están equivocados. (Para más información con respecto a esta doctrina, “pinche” el siguiente enlace: Doctrina de la Trinidad).
Otros se meten en un chiquero de agua y, de una frase, pretenden crear  todo un castillo doctrinal con apariencia de verdad, pero que no es la verdad. Un ejemplo de esto lo tenemos con los Ruselistas cuando sustraen el versículo “Jesucristo es el principio de la creación de Dios”, y con esta frase sacan dos conclusiones falsas: primero, “Jesucristo tuvo un principio”, por lo cual, segundo, “Es una criatura de Dios”. Como el chiquero está cortado y no tiene conexión con el Río de la Verdad, no hay afluencia de las corrientes de aguas de otras fuentes que nutren el río. ¿El resultado? Su enseñanza se corrompe como se corrompen las aguas estancadas.
Otro problema es la descontextualización temporal de las enseñanzas. Algunos padecen de antiguotestamentitis”. Les gustan las guerras de Israel con sus enemigos, y se recrean con la idea de que Dios tiene que actuar de igual forma con “nuestros enemigos”; quieren resucitar algunas prácticas del sistema de adoración del Antiguo Testamento e incorporarlo a la adoración dentro de la Iglesia; quieren adoptar, como sistema de vida cristiana, algunas enseñanzas sobre comidas y fiestas y modas. Sus predicaciones y conferencias giran, preponderantemente, alrededor de pasajes del Antiguo Testamento. Aplican literalmente a la Iglesia o al creyente, textos que hacen alusión directa y exclusiva a Israel. Con ello, crean falsas expectativas sobre el futuro de la Iglesia.
Otros muchos problemas más se confrontan cuando no se entiende la necesidad de la investigación cuidadosa y metódica de la Palabra, para llegar a conceptos sólidos sobre los cuales edificar la Iglesia de Jesucristo. Pero lleva trabajo, tiempo, paciencia, horas de estudio de la Biblia para poder llegar por fin a la desembocadura del Río de la Verdad. Para ayudarnos en esta tarea está la ciencia de la Teología. La teología es una ciencia porque a través de la investigación y la experimentación en el ”laboratorio” de la mente y el corazón del hombre, las verdades de la Palabra producen efectos objetivos y edificantes en la vida del creyente y de la Iglesia como Cuerpo de Cristo. Por esto se hace necesario que, en la enseñanza del aspecto teológico de la Biblia, aquellos que se disponen a ministrarla, conozcan las mejores formas de transmitirlas claras, sencillas, comprensibles, asimilables por aquellos a los cuales se les va a enseñar.

En este proceso, el plan de estudio juega un papel importante. Por esta razón, estaremos enfocando todos los aspectos en el proceso de la enseñanza teológico, a partir de un plan de estudio integral.    

Notas:
[1] Para una ampliación del tema doctrinal sobre la naturaleza de Dios, usted puede visitar el siguiente blog de la Red de Blogs Luz y Verdad:
http://doctrinadelatrinidad.blogspot.com/


© Luis E. Llanes. Ministerio Luz y Verdad, Puerto Madryn, Chubut, Argentina. Alba L. Llanes. EDICI.







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